Llueve , por fin dirán algunos. Por fin me he decidido a actualizar el blog después de casi 15 días de inactividad bloguera. El título de la entrada me lo han facilitado los Guns n Roses. Un grupo que valía mucho la pena.
Seguimos acumulando kilómetros mientras dejamos caer la lluvia. Hoy venía pensando mientras conducía en lo duro que debe ser afrontar una superbrevet con la lluvia. Que grado de abstracción has de tener para pensar solo en darle a los pedales e ignorar el agua que te moja sin piedad.
En fin no nos pongamos dramáticos y disfrutemos de la lluvia de noviembre.
November Rain
sábado, 16 de noviembre de 2013
sábado, 2 de noviembre de 2013
Benditos entrenos
El
último domingo de octubre tiene un par de cosas casi inmutables. El
cambio de hora y la Diada Montserratina. La primera es de interés
general, como el fútbol en la tele, mientras que la segunda es para
ciclistas y locos del pedal.
Parando en los semáforos se puede respirar mejor
Parando en los semáforos se puede respirar mejor
Salimos
de la rotonda con un buen ritmo que prometía, en Gavá Juan y Vicente se
unen al grupo. Como cabeza de pelotón, decido ir por San Feliu, y
salida hasta Pallejá, sin semáforos. Pasados los Cuatro Caminos,
empezamos a encontrarnos pelotones y grupos con un solo destino,
Montserrat. Tengo intención de llegar hasta la barrera y vuelta. La
aglomeración que se espera arriba no entra en mis planes.
Pasado
el túnel, un grupo del CC Gràcia nos adelanta, pero les cogemos rueda y
la cosa pinta de carrera encubierta. Tras unos cuantos tirones y
parones, me voy para delante.
A partir de aquí, la locura. Una y otra vez me empeño en comandar el grupo a pesar de que "el ritmo capilar" solo lo he visto en el ascensor, el pulso en el 90% y de ahí para arriba. En el viaducto sopla un aire de narices pero ahí sigo, peleándome conmigo mismo y contra todos, mientras una vocecilla intenta convencerme que lo mejor sería meterme en el grupo y dejarme llevar. Pero sé que hoy no es el día de hacerle caso.
Tete de la course A partir de aquí, la locura. Una y otra vez me empeño en comandar el grupo a pesar de que "el ritmo capilar" solo lo he visto en el ascensor, el pulso en el 90% y de ahí para arriba. En el viaducto sopla un aire de narices pero ahí sigo, peleándome conmigo mismo y contra todos, mientras una vocecilla intenta convencerme que lo mejor sería meterme en el grupo y dejarme llevar. Pero sé que hoy no es el día de hacerle caso.
Llegamos al parking de l'Aeri y como si
fuéramos las estrellas invitadas, arranca la comitiva oficial. Por
cierto, la media hasta pie de puerto im-presionante 30,2km/h!!! Nunca
había llegado tan rápido hasta aquí y para que conste, parando en los
semáforos.
Joan el inagotable
A partir de ahí, clac, por fin plato pequeño y a subir. He notado que al principio de los puertos me dejo caer un poco, luego cojo ritmo y empiezo a ir mejor. Cuestión de acompasar el pedaleo, la respiración. no lo sé. A media subida, las Ratas nos dan alcance. Imposible seguirlos, son de otra pasta.
Comienza el calvario
¿Por dónde paso yo?
Pere cambió las bambas por la bici
Auténticamente mágica
Una "Cheer leader" algo especial
Las Ratas reagrupando
Llego arriba y me despido de los que continúan a por el pin y de los que se quedan. Aprovechando que las Ratas van de bajada, me uno a ellos que abren camino entre la marea de ciclistas autocares y coches nerviosos que suben por que ven invadidas "sus carreteras" por un gran número de personas que ese día reivindican el uso de la bicicleta. Mientras bajo pienso si seré capaz de seguirles la rueda, pero no tengo tiempo de comprobarlo por que paran en Monistrol a desayunar, así que en solitario. En Molins me cogen dos de Castelldefels, a los que ahora sí cojo rueda y no se la suelto hasta el Chaparro, donde saludo a los que han elegido hacer una salida más corta.
Este miércoles, vuelvo a atacar la montaña mágica. Esta vez me llevo a la "randonneur" en su primer estreno de más de 100 km.
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