Además coincido con mi "inspirador" en esto del blog, el Mago Tusinu
Con el mago y sus compis.
Vamos rodando con alegría pero sin volvernos locos. Aún queda mucha tela por cortar. Llegando a S. Sadurní, parada en un bar a sellar. Paradita rápida y seguimos camino de Guardiola. Aquí nos encontramos a los Stelvio que han decidido ir a los carquiñolis. Vamos por faena y les dejamos rápido. Aquí tengo que frenar un poco a Charo que quiere irse con una grupeta que nos está sacando de punto. Este terreno no para de picar para arriba. Saludo a todos los grandes breveteros, los del planenc, los de Barberà, Ramón de Calaf, Jaime, Jordi...y me cuentan que Agustí ha tenido un percance en le brevet del Pla de la semana pasada. Ánimos campeón!!!
Coll de la Torreta y desvío a la derecha, rampa de cemento y el piñón de 32 se pone a trabajar. Sé que por el otro lado está la bajada hormigonada de Querol. Cuando me toca afrontarla, un montón de ciclistas llegan y decido bajarla montado.
Control de Querol. Casi el ecuador de la prueba. A partir de aquí empieza la brevet. Rápida llamada a casa para decir que todo ok y vuelta a arrancar.
Restaurante asaltado por los breveteros.
A partir de aquí sigue subiendo. Tengo la sensación que solo ha habido subidas. Llega Castellolí, punto de control. Aquí cae otra Cocacola, aunque el estómago hace un tiempo que se viene quejando por un gel que tomé. La subida de can Massana es larga y a estas alturas más. La bajada de Montserrat sin tráfico es una maravilla.
Ya solo queda Vacarisses. Por este lado no lo había subido nunca. El no tener referencias hace que vaya pensando que detrás de cada curva termine el puerto. Llegando al pueblo sellamos en un bar. Ya casi puede decirse que la brevet está en el saco, pero no puedes fiarte.
Desde Pallejà, nos pilla una grupeta que va dando guerra. Además aprieta en los repechos y en el llano mantienen la velocidad. Hace rato que voy pidiendo la hora pero no me rindo. Entramos en S. Feliu entre aplausos de los organizadores que nos están esperando con pastas y bebidas. Todo un lujo. Compro la medalla, otra para la colección. Ahora a pensar en la siguiente. 300 km de nada...
Con la sonrisa del deber cumplido
La medalla