miércoles, 21 de octubre de 2015

Por la vía

Octubre, aprovechando unos días libres entre semana, embarqué a mi pareja, que cualquier día la canonizan en vida, a una ruta de un par de días por la vía verde del Baix Ebre.

http://www.beniemocions.cat/galeria/Perfil%20Via%20Verda.jpg

Salimos de Tortosa, el objetivo era Horta de S. Joan, como veis el desnivel era ascendente. Yo pensé: Lo que se sube un día se baja al siguiente. Después de alquilar una bici para ella, arrancamos a media mañana. Tiempo algo fresco, pero soleado.

 La estación de Aldover nos tentaba con sus mesas en la calle

 Xerta no tanto
 Marcando el paso del tiempo.

 Los km se iban sucediendo y todo iba sobre ruedas, nunca mejor dicho. Teníamos pensado comer en Pinell de Brai pero una vez allí, sorpresa. El pueblo distaba de la estación 6 km con lo que nos meteríamos 12 km más de propina.

 Desilusión

Así que con el estómago vacío y el cansancio haciendo mella, continuamos camino. Llegamos a Bot y allí asaltamos un bar donde comemos estupendamente y aliviamos un poco el cansancio

 ¿Y el resto del túnel, para qué?

 Viaductos solitarios

Este último tramo se le hizo pesado, el desnivel era mayor y el cansancio también. Por si fuera poco, desde la estación de Horta al pueblo, 2,5km de subida exigente que nos ponen al límite.

 Casi llegamos
 Aquí está el casi

Llegamos al hotel, una ducha recuperadora y salimos a dar una vuelta y a buscar algún sitio para cenar. Al día siguiente, desayunamos y disfrutamos del camino de bajada. Nos ventilamos el camino a la inversa en un periquete. Realmente, te das cuenta de lo que se subía cuando pasan los km sin dar un solo golpe de pedal.

 Vestigios del pasado

 Sobre el río Canaletes

 
El Ebro, compañero en el tramo final 

Cuando llegamos, la tienda para devolver la bici de alquiler nos cerró por 5 minutos y tuvimos que ahogar las penas yendo al Delta del Ebro para comernos un arroz que nos recuperó cuerpo y alma.

lunes, 5 de octubre de 2015

De perdidos al monte

He pasado de la euforia y el subidón de la París Brest, lógico por otra parte, a la pereza por contaros mis salidas en bici, más que nada por el miedo también a repetirme como el ajo. Que si salida a tomar café, si un poco más de caña otro día… El fantasma del aburrimiento en ti lector, que dedicas parte de tu tiempo de ocio a pasarte por aquí es algo que no quiero despertar. Además el viejo móvil con el que hacía las fotos, finalmente murió agotado. El actual, entre que es táctil y que se necesitan las dos manos para maniobrar con él, da poco pie a hacer fotos de algo más que los cafés de la parada si no quiero acabar dándome una leche u día de estos.
Y como una imagen vale más que mil palabras, a la que ponías cinco o seis fotos, te salía una entrada de lo más apañadita.

 Lo que costó aguantar el móvil en el sillín

 Parking improvisado y reciclado

Otoño, lluvias, días cortos, mentalmente agotado por los kilómetros que ya hemos hecho. Así que empezamos con la de montaña. El primer día me vi torpón, aquello pesa mucho y corre poco. Hubo que poner pie a tierra en algún que otro sitio. En otros más por dejar la bici correr que por otra cosa, pasé lo mejor que pude y con cierta dignidad. A ver si durante el invierno mejoro un poquito y no me tienen que esperar demasiado ni arriba ni abajo.