Después de este fin de semana donde las palabras m****a de lluvia han sido "trending topic" en la familia ciclista, el lunes amanecía con un tímido sol.
Hay que aprovecharlo
Después de subir por el Bori y asustarnos mutuamente un jabalí y yo, llego a Begues. Hoy no quería machacarme ya en el Purga nada más salir.
En el barrio de la Rectoría, intento encontrar la pista que me lleve al Montau. Aún con las indicaciones de Daniel y una ojeada al Google maps, soy incapaz de encontrar la pista.
Plan B: Desde la cantera vi un sendero que subía, así que un tramo de carretera y para arriba. Maaaadre mía la subida!!!!
Parada de avituallamiento
La cosa gana altura rápidamente y dejo de ver las antenas que lo coronan. Mala señal.
Menudas subiditas
Sigo penando incluso a veces a pie. A la que pierdes pedalada, arrancar es imposible. Tras un par de toboganes con sus correspondientes subidas en línea recta, las antenas ya no se esconden. Sé que poco a poco estoy ganando la batalla. Finalmente llego arriba. A pesar de que el sol no calienta mucho y el aire pega bastante, permanezco cinco minutos disfrutando de la vista e intentando recuperar el resuello y las piernas.
Que mala vida nos estamos dando mutuamente compañera
Ahora toca bajar, por donde en teoría debería haber subido. Sin tener mucha idea del camino a seguir voy bajando por una pista que luego se convierte en una carretera perfectamente asfaltada y me lleva a Begues sin más problema.
Estación eléctrica
Una vez en casa, manguerazo a la bici y a descansar de la paliza de hoy.
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