Así se plantó la semilla que generó la salida de este fin de semana.
Los 22 valientes
La previa
Encabezando la marcha
En un reagrupamiento
Fundamental, la furgoneta de apoyo que en todo momento nos sirvió agua y comida, sin ellos no habría sido posible
En Castellfollit de Riubregós, paramos a desayunar y el autocar que llevaba a nuestros acompañantes hizo que compartieramos con ellos un rato divertido
Reposando a la sombra
Más o menos a partir de aquí empezó mi calvario particular, la cubierta trasera dijo basta. Dos pinchazos casi consecutivos, me dejaron de las primeras a la última posición.
Suerte de la furgoneta de apoyo, me dejaron una rueda y con ella a pesar de ser de 10v y llevarla medio frenada pude llegar a Andorra con la grupeta trasera.
Haciendo tras tractor
Después de una cena y un sueño reparadores, al día siguiente hasta la partida del bus, mi mujer y yo nos dedicamos a pasear por Andorra que aún tenía reciente el paso del Tour por allí con lo que todas las tiendas estaban decoradas con motivos ciclistas. Toda una maravilla para alguien loco por las bicis como yo.
El miércoles salí a estirar las piernas y a estrenar las cubiertas nuevas, puestas 200 km más tarde de lo que tocaba. Un fallo que espero no vuelva a suceder. Apurar de esa manera el material no es lo más recomendable y menos con lo que te ha de agarrar al suelo.
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