Y todo eso sin un dolor, sin un pinchazo, ni un día de lluvia, nada de nada. Luego la realidad es diferente. Tanto quejarnos del cambio climático y el invierno ha llegado de golpe.

Ciclista en pleno invierno
Como alguno de tus amigos se cambie la bici, no lo vas a reconocer, entre casco gafas y braga, no hay quien distinga a Contador de tu vecino. Bueno sí, si se ponen de perfil seguro o a la que empiece a dar pedales, lo que llegue antes.
No sé a vosotros, pero a mi el Gordo de Navidad, no me ha pasado ni de rasqui, así que tendremos que seguir igual que hasta ahora, y que nos dure!
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