Pues después de ser reacio a desempolvar la de montaña, este sábado saqué a la burra a pasear. Como estos máquinas están por participar en la marcha de Begues de la semana que viene, no quería retrasarlos, con mi fabulosa capacidad para subir o bajar, pero al final allá que fuimos.
Purgatorio, budistas, Can Grau y desayuno en Olesa en un bar lleno de ciclistas, claro. En la puerta un cartel diciendo "Menú ciclista 5,50" pues no están los tiempos para ir tirando cohetes.
Después del desayuno, aún quisieron subir a la Mola. Aquí el único incidente de la jornada cuando Eric se queda clavado en los automáticos y se da un talegazo sin consecuencias. Yo a media subida me tuve que dar media vuelta para no llegar a las mil y me pegué un regreso en solitario desde Olesa a casa, donde creo que sufrí más que en el resto de la jornada.
60 km durillos de mountain bike, pero no será la última.
Más serios no podemos salir
Aquí un poco más sonrientes
Esto no lo hice solo una vez.
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