Salimos de Tortosa, el objetivo era Horta de S. Joan, como veis el desnivel era ascendente. Yo pensé: Lo que se sube un día se baja al siguiente. Después de alquilar una bici para ella, arrancamos a media mañana. Tiempo algo fresco, pero soleado.
La estación de Aldover nos tentaba con sus mesas en la calle
Xerta no tanto
Marcando el paso del tiempo.
Los km se iban sucediendo y todo iba sobre ruedas, nunca mejor dicho. Teníamos pensado comer en Pinell de Brai pero una vez allí, sorpresa. El pueblo distaba de la estación 6 km con lo que nos meteríamos 12 km más de propina.
Desilusión
Así que con el estómago vacío y el cansancio haciendo mella, continuamos camino. Llegamos a Bot y allí asaltamos un bar donde comemos estupendamente y aliviamos un poco el cansancio
¿Y el resto del túnel, para qué?
Viaductos solitarios
Este último tramo se le hizo pesado, el desnivel era mayor y el cansancio también. Por si fuera poco, desde la estación de Horta al pueblo, 2,5km de subida exigente que nos ponen al límite.
Casi llegamos
Aquí está el casi
Llegamos al hotel, una ducha recuperadora y salimos a dar una vuelta y a buscar algún sitio para cenar. Al día siguiente, desayunamos y disfrutamos del camino de bajada. Nos ventilamos el camino a la inversa en un periquete. Realmente, te das cuenta de lo que se subía cuando pasan los km sin dar un solo golpe de pedal.
Vestigios del pasado
Sobre el río Canaletes
El Ebro, compañero en el tramo final
Cuando llegamos, la tienda para devolver la bici de alquiler nos cerró por 5 minutos y tuvimos que ahogar las penas yendo al Delta del Ebro para comernos un arroz que nos recuperó cuerpo y alma.
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