lunes, 5 de noviembre de 2012

Castañas (pocas) y moniatos (muchos)

Fin de semana post castañada y como ya es tradición este otoño, lluvia. El sábado amenazaba, por suerte esta vez sólo quedó en amenaza y nos permitió llegar hasta Cunit donde almorzamos y empezamos a imaginar las marchas en las que nos dejaríamos el pellejo el año que viene.
A la vuelta, sucedió el milagro. Esas cosas que pasan y si no has estado allí no puedes creerlas. Empezaron a fluir los relevos, uno detrás de otro, turnándonos. Todavía tenemos mucho que mejorar, pero es importante que la gente se de cuenta que se puede avanzar más y mejor.
Ya tenemos trabajo este invierno. Por cierto, después de ver como se nos daba lo de los relevos, creo que el año que viene nos vamos a inscribir en el Giro, que tiemblen los pros...


Apretando el paso

David más relajado

Tertulia

El domingo amaneció peor. Una fina lluvia nos hizo refugiarnos en un bar y a la media hora volvíamos a montar, esta vez con más cuidado por que el suelo estaba recién lavado y no permitía muchas alegrías. Pudimos llegar hasta el desvío de l'Arboç donde otro chaparrón nos hizo dar media vuelta. La salida no tuvo mucha más historia.
Desde aquí celebramos el retorno de Vicente después de su encontronazo canino que aguantó los dos días como un jabato y desear a Pedrillo que se recupere de su lesión pronto.



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