El pasado día 27, intentando bajar una trialera de esas con piedra lisa, piedras redondas como balones y un poco de todo, me caí. Era la segunda pasada en el mismo día. En la primera había ido bien, con algún pie a tierra, pero con soltura.
La segunda me emborraché de confianza y a mitad de la bajada se me fue de delante. Caída en seco de lado. Golpe en la cadera, y en la palma de la mano. Hasta este lunes, no había vuelto a coger la mtb. Tenso era poco. Bajaba como agarrotado. Los frenos tuvieron más trabajo del que hacía falta. Necesito un poco de terapia desbloqueante.
Aunque ya sabéis lo que dicen: Solo hay dos tipos de ciclistas, los que se han caído y los que se van a caer...
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