sábado, 5 de agosto de 2017

Brevet 400 km de Granollers

Más de un mes desde la última entrada, pero es lo que tiene estar de vacaciones, que desconectas de todo. ¿De todo? Bueno, seamos sinceros, de lo que no he desconectado es de la bici. A primeros de julio, me rondaba una idea en la cabeza. Ir hasta el Turó de l'Home desde casa. La cosa no era moco de pavo, calculaba unos 240 km en solitario con una de las subidas más duras.
Tras meditarlo mucho, cargué la bici con la bolsa y avituallamiento suficiente y siguiendo un track medio "tuneado" que descargué de Wikiloc, a las 06:30 arranqué. Los primeros kilómetros fueron fáciles, después al coger la carretera de la Roca en domingo, empecé a chupar rueda de una grupeta tras otra hasta que me dejaron al pie del coloso por la variante de la Costa... ¡Qué dolor de piernas! Solo puedo deciros que una vez cogido el desvío de los últimos kilómetros, estuve a 50 metros de uno montado en una mtb durante dos km, incapaz de recortarle ni un solo centímetro.
Tras coronar y bajar, un invitado de lo más desagradable, el viento.
Me estuvo dando de cara durante todo el camino de vuelta, haciendo mi regreso más penoso si cabe.
Después de eso, vacaciones con todo incluido excepto la bici.


Randonneur version
Y llegamos al 400 de Granollers, con más dudas que nunca. Mientras mi mujer me llevaba hasta allí en coche, pensé incluso en dar media vuelta. Tras recoger el carnet, saludo a Jesús, un compañero del club que anda como un tiro, Pere Martí  y alguno más.


Con Jesús, una locomotora

Arrancamos puntuales a las 19:30h. Los breveteros somos así, cuando el resto acaba, nosotros empezamos. Somos 17, rápidamente se forman dos grupos, en el segundo estamos 7. Modificación de última hora, se añaden más controles, hasta un total de 8.
Llegamos al primero en Gelida, territorio conocido. No encontramos donde nos sellen, así que foto de familia y a continuar. Más de lo mismo en Piera.


Fichados en Piera

Ahora toca subir, el siguiente está en la Panadella.


Un oasis en la noche, la Panadella

El grupo se va haciendo elástico y mientras unos comemos y reposamos, otros aún por venir. La cosa está clara, durante la noche, la unión hace la fuerza, cualquier problema puede ser un mundo así que nos mantenemos juntos. Calaf, nos recibe con una niebla bastante espesa. Vamos haciendo poco a poco.


Control de Calaf, cada vez somos menos

Poco antes de Manresa, en un camino rural, Pep, un chico de Cardedeu que según me contaba se estrenaba en la distancia, va demasiado pegado a Pere y en una curva, se lo lleva por delante acabando los dos en el suelo. Como resultado, la rodilla y la mano izquierda de Pere, son un poema. Pep ha sufrido menos daños pero su rueda delantera ha quedado inservible. Pere nos acompaña hasta Manresa, donde vive y se queda para curarse. A Pep lo dejamos atrás mientras va a intentar llegar girando la rueda como puede.
Con el mal cuerpo, ya solo quedamos tres y Salvador, no hará la brevet con nosotros y un poco antes de Berga nos dejará a Josep, otro veterano de mil brevets y a mi con 175 km por delante.


Los Rasos de Peguera al fondo, amanece en Berga

Berga, amanecido ya después de sellar y tomar la Coca cola número... Josep me dice que ahora viene un puerto largo, Les Lloses. Algún que otro ciclista nos pasa con todo metido y apretando, no saben el tute que ya llevamos, Vilada, Borredà, esto no para de subir. A partir de aquí, la cámara de fotos cae en acto de combate. Solo podré hacer alguna foto más con el móvil.
En S. Joan de les Abadesses, desayunamos como señores en un bar. Para mi gusto, paramos demasiado rato, pero también es verdad que el coco necesita evadirse un poco de tanta bici.

Josep preparándose para arrancar de nuevo.

Ahora viene lo peor, casi 35 km de subida hasta S. Maria de les Lloses. A mí se me hace eterna. Voy trampeando como puedo y después de una eternidad, bajo hasta Ripoll.
Han aparecido dos de los enemigos del ciclista, el sol y el viento que nos azota haciéndonos parar cada hora y pico a aprovisionarnos de agua.
En Sta Coloma de Farners paramos a comer un plato de pasta en un Döner ¿¿¿¡¡¡??? pero los breveteros somos así. Solo quedan 50 km en los que recibo con alegría la visita en moto de Dani y Ely, la gente de Artbike que aparte de tenerme la bici impecable siempre, me graban un video chulísimo y me van haciendo compañía los últimos km, aunque ellos van un poco más descansados en moto. Llego a Granollers donde 24 horas antes no daba ni un duro por mí, pero cada día más me doy cuenta que en esto de las brevets la cabeza empuja tanto como las piernas. Allí me están esperando mis dos campeonas, que se han dado un buen hartón de esperarme. Sellado de la credencial, medalla y para casa.



Muy dura de conseguir, pero la tengo!

Aún me ronda lo de la Super Randonnee Prepirineu, pero creo que será mejor darle una par de vueltas más. Eso no es precisamente ir a por pan...



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