Prudentemente decido evitar las Costas por que un resbalón por allí puede ser... Así que hasta pie de Costas, aire de cara, dar la vuelta y empezar a volar es todo uno. Llego al aeropuerto, al Prat casi sin despeinarme y por el "Tontódromo" de la T1, encuentro a Peter todavía convaleciente. Un par de bucles más viento a favor, viento en contra y nos vamos a tomar café al local social de todo buen ciclista intersemanal.
Así acabamos abril, con buen tiempo y buena cara. Se empieza a ver un ave sobrevolando el horizonte ¿Será un quebrantahuesos?
Las bicis al sol
Y nosotros a la sombra
A ver si mayo viene florido y hermoso
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