Buscando desconectar un poco del negro asfalto y de paso mejorar mi pobre técnica, he empezado a salir con la mtb. Salida con los compañero de mi nuevo club. Me empiezan a descubrir senderos a dos pasos de mi casa. Alucino con el Garraf, una zona en la que puedes pasar de lo más árido al bosque más frondoso en dos pedaladas.
En una bajada de estas nuevas, cojo la trazada por el lado malo y ya veo que no hay solución. Así que voy buscando una escapatoria. Voltereta y caigo por encima de la bici. El móvil soporta el impacto casi sin quejarse. Queda doblado y el cristal protector astillado. Milagrosamente funciona bien y ahora se ajusta anatómicamente a mi riñón izquierdo. Ya sé que pedir a los Reyes Magos si me aguanta hasta entonces. Aunque se aceptan patrocinios, jejeje. Por si cuela.
El móvil con su nuevo formato panorámico.
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