lunes, 28 de marzo de 2011

El puerto invisible

Últimamente estoy atacando un puerto muy especial. No sé nunca como afrontarlo, me encuentro genial de forma, en las salidas aguanto casi hasta el último ataque, pero siempre esta ahí para darme la puntilla.

Vosotros si vais en bici lo habreis subido. Es un puerto que muchas veces no planeamos subir, además es un puerto que nunca se baja. A veces te está esperando nada más salir de casa, otras es a la vuelta cuando lo único que quieres es que los km pasen deprisa para poder meterte debajo de la ducha. Entonces aparece.
Es el viento.

Da igual los desarrollos que lleves, parece que el asfalto agarre tus cubiertas, es en esos momentos cuando el ir solo suma otro inconveniente. La importancia de coger una rueda que te permita, valga la ironía, coger un poco de aire.
Desde hace una semana me estoy enfrentando a este puerto interminable, tan largo como sea tu salida y tan incómodo que al día siguiente cuando ves agitarse un poco las copas de los árboles de tu acera, ya piensas que otra vez estará ahí esperándote.


No tiene ninguna rampa de echar el pie a tierra, pero te puede dejar apajarado a la que te descuides.


Los profesionales usan los abanicos con viento lateral y lían unas escabechinas buenas, como no estén atentos les cae la del pulpo.

Hoy salida hasta el pantano de Foix con Daniel, un compañero de trabajo al que he engañado y participará en la brevet de 200 km. Espero que después de la prueba me siga hablando.
Nos hemos enfrentado al puerto invisible y nos ha vuelto a castigar con fuerza.

1 comentario:

  1. També lhe pujat varies vegades i me'l reservo pel final, quan ja tornes buit... patatam!!! allà apareix!!! Per cert.... tampoc l'he baixat mai. Segueix lluitant contra "els elements"!!!!

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