Entrenar en invierno:
Todos sabemos las teorías, al x% de tu capacidad aeróbica, mucha cadencia, nada de apretones... Lo que no explican los libros es el frío que pegaba a las 07 30 de la mañana del sábado mientras esperaba que llegaran, el termométro marcaba 2º, mis pies decían que un poco menos se ajustaría más a la realidad.
La dureza mental también debe entrenarse. Verte a ti mismo hecho una bola de ropa, deslizándote sobre una capa de hielo apoyado únicamente en los 23mm de tus cubiertas, te da un poco de canguelo.
Entras en las curvas como Robocop, cuadrado, cuadrado. Si aún así te quedan ganas de planear la siguiente salida vas camino de convertirte en un brevetero. Cuidado! por ahí se empieza.
Los que me conoceis, sabeis que no me gusta mucho la lluvia para rodar.
No acabo de estar relajado y si le sumamos la bajada ya tengo todos los números para acabar más tenso que la cuerda de un violín. Por poner un ejemplo de este mismo año la Quebrantahuesos. Después del sorteo, inscripción y desplazamiento el cohete de salida nos dispara hacia un techo de nubes lluvia viento y frío. Mientras vamos rodando, le voy dando vueltas a la cabeza. Sé que en la montaña el tiempo cambia en cuestión de minutos y lo que en una vertiente es frío y lluvia en la otra ladera puede ser el sol más abrasador.
Finalmente mi quinta QH consta como abandono.
A día de hoy no me he arrepentido. El sufrimiento que vi en las caras de la gente en varios puntos del recorrido, superó a mis ganas de bici ese día.
2011 Un año en el que me he planteado como objetivo participar en la París Brest París. La anterior edición en el 2007 vino marcada por la lluvia como gran protagonista.
Aparte habrá que realizar las cuatro brevets clasificatorias.
La cosa tiene su aquel por que en 90 horas da tiempo a todo sol, lluvia, viento... Y claro si finalmente participo y llueve ¿Qué hago? La prueba se celebra cada cuatro años y yo de aquí a entonces no sé ni donde estaré por que la vida da muchas vueltas. Así que no es plan de echar por tierra tantas horas de pedaleo, de dejar a la familia en casa mientras vas cada día más lejos, cada día más tiempo. Eso sin contar la inversión económica que supone el desplazamiento y la "estancia" si se le puede llamar estancia a pedalear por media Francia durante cuatro días.
Como lo haceis vosotros? Supongo que todo empieza por un proceso mental, frenar despacio, no tumbar, evitar pinturas y alcantarillas.
Agradeceré vuestros ánimos y consejos.
Todo esto lo escribí el domingo. Hoy lunes salí a dar una vuelta, la carretera estaba mojada y lo primero que pensé fue: Por hablar.
En la rotonda tres galgos, Salva, Iván y David. Salgo con ellos y ruedo hasta pie de Costas. Allí veo que si quiero rodar a bajas pulsaciones los he de dejar marchar. Afronto la subida con tranquilidad intentando que el pulso no se vaya por las nubes. Ya en Sitges, pensaba llegar hasta Vilanova y vuelta cuando se puso a llover.
Idea para Reyes?
La idea del tren pasó una décima de segundo por mi cabeza, pero con el borrador de esta entrada fresco en mi memoria, tiré para alante, tranquilo y relajado. La temperatura era ideal, de hecho acabé parando para tirar un par de fotos y quitarme los guantes en pleno mes de diciembre!!!
Para acabar de rematar la salida, cogí la C31 con un viento a favor que me llevó hasta la rotonda del Filipinas en un vuelo. A la vuelta cogí rueda a tres triatletas que me quitaron todo el vendaval que ahora daba de cara, sé que no es muy elegante pero... soplaba tanto
No hay comentarios:
Publicar un comentario